viernes, 16 de mayo de 2014

desmpolvar el block de notas

MidorodiM (CUENTO DE INVIERNO) Todos los días debemos realizar esfuerzos, obligaciones y cumplir responsabilidades. Pero a veces no tenemos el deseo de realizarlos- ni un poquito-. ¡Qué difícil es abrir los ojos, y pasar de despertar a levantarse, de levantarse a empezar...empezar...eso sí que es difícil. ¿Cómo empezar y cómo continuar? Cuando solo quieres quedarte echado en la cama y no hacer nada.
Así empieza la historia, la historia de una niña que tenía miedo de levantarse- porque no sabía qué iba a hacer-, miedo de irse a dormir- porque luego debía despertar-, miedo a las pesadillas y a la oscuridad- porque no sabía si no iba a despertar. Esta niña no dormía bien, le costaba conciliar el sueño. Generalmente, se quedaba mirando el techo, girando la cabeza en la almohada y escuchando cómo la barriga le sonaba. Qué fastidio eso de echarse en la cama. Qué fastidio esperar a que llegue el sueño. Qué fastidioso cuánto se demora. Entonces mientras esperaba que llegara escribía en una agenda imaginaria de todo lo que debía hacer y para no olvidarse mañana. Qué lindo es poner check al lado de lo que ya has hecho siempre le decía su mamá. Claro que ella no hacía nada, porque cómo solo se lo imaginaba, luego lo olvidaba. Igual hacía en la agenda una lista de todas las cosas que debíahacer bien, porque siempre las hacía mal: 1. Levantarme cuando suene el despertador y no apagarlo, porque luego no levanto y debo correr porque estoy tarde. 2. Caminar y no correr, porque me agito y siempre termino sudando, y parece que por gusto me he bañado. 3. Tomar desayuno, porque es el alimento más importante del dia. Solo que con qué tiempo, si ya esta la bocina de la movilidad, plin, plin, tocando para llevarla a la escuela. 4. Prestar atención en la clase, y no quedarme dormida siempre que la profesora habla,bla, bla, Y no pudo seguir la lista porque por fin se quedó dormida. Cómo le gustaba soñar, por fin dejaba de pensar y caía profundamente en sus sueños, y eso pasaba cuando menos lo esperaba: en el auto camino a la escuela, en la sala mientras intentaba leer, en plena clase de matemáticas o hasta a veces parada mientras algo esperaba. Soñar, era más divertido que salir a jugar con sus amigos, que ver televisión o comer galletas, es lo que más le gustaba en la vida, decía. Es que allí todo podía pasar de todo, y lo mejor era que no se tenía que planear nada ni preocuparse por lo que sucedería, sólo habia que dejarse llevar por la mano invisible de lo inesperado. De su amigo el inconsciente, sí así es como se llama, él es lo opuesto a estar despierto, ese se llama consciente. ¡Bah, que fastidio conciente y su bendita conciencia, no me gusta, yo quiero qué viva la inconsciencia y jugar con incosciente! Cerraba los ojos y pensaba: “Cuando se grande viviré frente al mar, porque lo que más me gusta, es el sonido de las olas que vienen y van, me ayuda a soñar más… Seguro que si fuera así, sacaría mejores notas y podría estudiar, me gustaría la escuela y sentarte en carpeta, tanto tiempo,qué aburrido, qué aburrido,... bah qué fastidio! Yo sólo quiero soñar”. Mientras se escuchaba a lo lejos, como debajo del agua la voz de su maestra, los murmullos de sus compañeros, el sonido de pasar la página, el lápiz sobre el papel al escribir, al tachar, al borrar, etc… Ella miraba la ventana y quería irse volando, lejos, lejísimos...sin obligaciones ni tareas. Y así se iba quedando dormida sobre la carpeta, hundiendo su cabeza sobre sus brazos, profundamente dormida, volando tan alto que nadie podía alcanzarla. “Por eso es que no aprendes nada” la despertó la voz de su profesora “ ¡Anda lávate la cara!” Bah qué fastidio, esta señora, no se da cuenta que volar es más divertido que aprender la tabla de multiplicar. Y justo cuando estaba por llegar a París y comerme un pan de chocolate. Así no se puede vivir, así no se puede, no se puede, y se iba caminando murmurando a lavarse la Dicen que soy muy pequeña para sentirme así, así triste me siento. Tan triste que me pesa tanto todo, que no puedo abrir los ojos, y no tengo fuerzas para despegarme de las sábanas. !Cómo quisiera enfermarme para no ir a la escuela!. Quisiera que fuera domingo y dormir hasta muy tarde. Quisiera quedarme en la cama y tomar todo el dia agua de manzana. ¿Qué podía hacer para no ir a la escuela? Trato de recordar unos “trucos” para “enfermarse” y faltar a la escuela que me hacían sus compañeros, pero no estaba tan segura de si podría hacerlos. Hizo una lista con “trucos” que alguna vez había escuchado para elegir cual era el mejor: 1. Ponerse cáscaras de plátano en los pies- pero a mi no me gusta el plátano y menos en mis pies, luego la cama se llena de hormigas, me pican y tengo que rascarme, bah qué fastidio! Pensaba ella, y tachaba. 2. Poner el termómetro a calentar en la lámpara- pero y si se calienta mucho, y tengo mucha temperatura, tanto que es imposible, nadie me va a creer, bah qué mentira! Pensaba ella y tachaba. 3.Aparentar afonía, es decir como si hubiera perdido la voz- pero y si de verdad la pierdo y luego ya no puedo cantar en la ducha, bah qué tristeza! Pensaba ella y tachaba. ¡Que fracaso esta lista! No tengo más ideas, mañana tendré que ir a la escuela. Entonces arrancó una hoja de su cuaderno especial y escribió un deseo con su color preferido y con su mejor letra: “DESEO QUE MAÑANA NO SEA COMO TODOS LOS MAÑANAS, MAÑANA DESEO NO DESPERTAR”. Lo dobló papel hasta que pareció una pepa de melocotón, abrió la ventana y lo colocó sobre su palma abierta, cerró los ojos y justo en ese instante corrió un viento fuerte, como un soplido de gigante y que se llevó lejos, lejisimos su deseo. Adiós, ojalá te vuelvas realidad. Suspiró y abrió los ojos. No se puede escapar del mañana, pero ella quería el tiempo que pase lento tan lento que ya sea muy tarde para que llegue el mañana. Y se vuelva pasado. Sacudio su cabeza, para alejar esas ideas y pensó: Será mejor que tome un té de tilo muy cargado y un gran vaso de jugo de granadilla para poder dormir esta noche. Y así fue! Su truco funcionó, después de muchas noches sin haber podido dormir, consiguió un profundiiísimo sueño, tanto así que no pudo recordar nada de lo que soñó. A la mañana siguiente, salió de la cama de un salto, se despertó sin despertador, incluso cinco minutos antes de lo normal. Las sábanas le picaban, el pijama también. ¡Quiero bañarme! Una buena ducha es lo mejor para empezar bien el día, y se puso a cantar canciones que solo existen en la ducha, porque crees que nadie te escucha. Eligió su vestido preferido, porque hoy era un día especial, se sentía en el ambiente. Y aunque era invierno, el cielo estaba despejado y ese olor feo que a veces trae el mar, se habia transformado en aroma de jazmines. Bajo como flotando por la escalera, ni tan rápido ni tan lento, ligero pero llegando. Cuando entró en la cocina, sus padres estaban sentados y ella dijo muy entusiasmada ¡Un jugo de naranja y mis cereales, por favor!. En casa todos estaban sorprendidos, sin decir nada papá y mamá solo se miraron y pensaron: “¡Qué milagro, qué mañana!” No daban ganas de retroceder ni adelantar el tiempo, simplemente estar ahí y nada más. Mientras saboreaba qué rico es tomar el desayuno. Luego al terminar se quedó sentada un momento, sin pensar en nada, sin planear que haría o recordaba que no había hecho. Plin, plin, era la bocina del auto de..., de la movilidad? ¡No! !Hoy no tocaba ir en movilidad, hoy la llevaba su mamá!. Salto de la silla y estaba a punto de correr, pero no, no corrió, camino lento y con calma, hoy hay tiempo para todo, pensó. Entró en el auto, se sentó, se puso el cinturón y suspiro. Su mamá miró el reloj y dijo “estamos a tiempo, qué milagro, hoy no llegarás tarde qué milagro, qué mañana”. Ella miraba por la ventana, su mamá conducía, no había tráfico ni sonaban las bocinas, cuando veía gente en la calle, se veían felices, calmados y sin apuro, hoy ellos también tenían tiempo para todo. Seguro hoy también todos tomaron desayuno. Lo más increíble fue que por primera vez en su vida no sentió la obligación de hablar con su mamá. Y es que a veces cuando estan en el auto a los papás se les da por hacer muchas preguntas, eso sí que es molesto, sientes que quieren saber todo de ti en una conversación - lamentablemente no puedes abrir la puerta y escapar. Y a una solo le queda levantar los hombros y decir “si, no” con la cabeza. Sí pues me comió la lengua el ratón, te dices a ti mismo. Pero hoy no fue así, hoy no tenía que decir nada, ni mover los hombros ni cabeza, nada. Como arte de magia el silencio se convirtió en la mejor conversacion. De vez en cuando se miraban a los ojos, una leve sonrisa se dibuja en sus labios y luego cada una miraba a otro lado y suspiraban de felicidad. Y así sin querer comenzarona a cantar, era una canción que no existía pero sonaba a que la había cantado toda la vida. Tan bonita y tan entonada que era como un abrazo inmenso que las envolvía. Era como bailar, era como nadar y era como volar, todo al mismo tiempo. Ella sintió que nada malo pasaría nunca jamás, que era tan ahora como después, tan después como ahora. El mañana habia llegado como su deseo, no parecía mañana, parecía un sueño. Y tomó una foto imaginaria y la guardo como el recuerdo más bonito que tenía, y por eso no se la iba a olvidar nunca jamás. Apoyó su cabeza sobre el hombro de su mamá, y cerró los ojos. Se sintió chiquita, tan chiquita que entraba en la palma de la mano de su mamá, luego como si se sentara sobre las piernas de su mamá, cuando era más pequeña, y sintió que todo era así orque era como estar dormida pero despierta.